La etiqueta de producto perfecta

Además de la información legal ¿qué más cosas podríamos poner en las etiquetas para que el consumidor lo valorare como información de gran utilidad? 

La etiqueta de un producto de alimentación es la manera que las marcas de alimentación tienen de comunicarse con los consumidores. Es la que nos da la información sobre el producto que vamos a comprar, por lo que todo lo que se cuente en ella es fundamental para que acabe en la cesta de la compra.

La información debe ser veraz, no debe de inducir al error o prestarse a confusión, ha de estar escrita en español (en el caso de que se venda en España) y ha de tener un tamaño de letra legible a simple vista.

Pero… ¿Sabemos lo que comemos?

Toda etiqueta debe contener la siguiente información obligatoriamente, como ya os contamos en anteriores posts. Si la recordamos, esa información es:

  • Denominación del alimento
  • Lista de todos los ingredientes del alimento
  • Determinadas sustancias o productos que puedan producir alergias e intolerancias
  • Cantidad de un determinado ingrediente
  • Cantidad de producto contenido en el envase, expresado en unidades de volumen (litros, mililitros, kilos…)
  • Fecha de caducidad o de duración mínima
  • El nombre o la razón social y la dirección de la empresa alimentaria
  • País de origen o lugar de procedencia: introducido por alguna de las siguientes expresiones “Producto de”, “Hecho en”, “Manufacturado en”…
  • Condiciones especiales de conservación y utilización
  • Modo de empleo
  • Indicación del lote
  • Y llegamos a la parte que está trayendo cola desde hace algunos años y que no ha dejado de tener actualizaciones. Hablamos de la información nutricional. La información nutricional de un alimento se refiere a su valor energético y determinados nutrientes: grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal. Toda ella deberá de aparecer de manera obligatoria a partir del 13 de diciembre de 2016. Y es que una buena información nutricional no es la que da más cifras saludables, sino la que más información útil aporta al consumidor.

etiqueta producto 1

Y hablando de información útil ¿Qué más se podría incluir en las etiquetas de productos de alimentación para seguir aportando?

Aunque parezca que no hay margen de maniobra para diseñar una etiqueta atractiva después de cumplir con el reglamento, todas las empresas de alimentación que aún no hayan cambiado su etiqueta o estén en proceso, es el momento de hacerlas más adecuadas a sus clientes, con el objetivo de aumentar las ventas. Os damos algunas ideas:

  • Apuesta por las denominaciones cortas, simples y claras. Haz que el consumidor tenga claro qué es lo que tiene en la mano.
  • ¿Has pensado en poner una etiqueta adicional colocada diagonalmente a la principal? ¡Añade en ellas ilustraciones o fotos del producto preparado de forma apetitosa!

etiqueta producto 2

  • Se escuchan voces que dicen que toda la información legal nueva está muy bien pero piden que se refuerce incluyendo una equivalencia a un ejercicio sencillo, como saber el número de escalones que se deben subir y bajar para consumir las calorías de ese alimento. Ejemplo:  Si se come una bolsa de patatas, tendrá que correr 40 minutos y si se toma una Coca Cola, habría que caminar 30 minutos.  ¡Seguro que muchos consumidores lo llevarían a cabo!
  • Promociones vigentes claras, siempre y cuando no entorpezca la lectura de la información obligatoria.

 

etiqueta de producto 3

  • Una dirección web a la que entrar para consultar recetas o aplicaciones del producto en cuestión. ¡Seguro que si los derivas a tu web o tu blog podrás ofrecerle contenidos que le interesarán!
  • Añade un código QR, de manera que al descodificarlo lleve al consumidor a tu canal de YouTube o a la plataforma on line con la que trabajes para que vean videorecetas con sugerencias de preparación. Es una herramienta perfecta para enlazar el mundo físico con el online.  

etiqueta de producto 4

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La etiqueta perfecta es aquella que da la información lo suficientemente clara y precisa para que el consumidor tenga muy claro que es lo que se está llevando a la boca. Es la clave para que los consumidores elijan libremente, ya sea por razones de salud, gusto o comodidad. Y siguiendo las consideraciones legales, no hay que olvidar del poder que tiene como herramienta de marketing, debido a su atractivo visual. Si te dedicas al food marketer no pierdas la oportunidad de destacar por encima de tu competencia, añadiendo información útil para consumidor, mas allá de lo que obliga la normativa.

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